La toma de contacto ha sido muy positiva. El inicio del curso me ha hecho reflexionar sobre la misma importancia de la propia reflexión sobre mi labor docente. Es necesario pararse a pensar sobre el efecto que produce aquello que hago en las personas que lo reciben. ¿Lo que recibo de los alumnos es lo que realmente quería conseguir? y si no lo es, ¿es probable que mi manera de actuar esté influyendo en esos resultados no esperados? ¿debería entonces analizar mi labor y buscar alternativas de mejora? Pienso que antes de "etiquetar" a los alumnos es interesante analizarnos a nosotros mismos, así como nuestro trabajo en el aula, porque haciéndolo quizá encontremos las respuestas que buscamos y consigamos los objetivos perseguidos.